La vida íntima de los encendedores

La vida íntima de los encendedores

Voces/ Ensayo

Por Ignacio Padilla

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Sinopsis

Contra la evidencia científica y la satanización del pensamiento mal llamado supersticioso, la sociedad contemporánea no acaba de aceptar la extinción del alma de las cosas, de la misma manera en que no puede renunciar a los mecanismos defensivos que nos ofrecen la ficción, la imaginación, la fe, y la sugestión que, como el animismo, alguna vez mostraron su eficiencia para sobrellevar el desconcierto, la tensión, el miedo y la creciente soledad que nos provoca el universo material. Frente a la impasibilidad de las cosas, el hombre moderno acude a la ficción animista, porque la lógica sigue siendo insuficiente para desentrañar los más antiguos misterios que aquellas nos suscitan. Si renunciásemos a creer en la divinidad, en la vida de los objetos o en el alma de los animales quedaríamos indefensos frente a la materia inerte. Antes que aceptar la soledad cósmica, el pensamiento mágico del hombre ultramoderno prefiere asumir que los objetos están vivos, y así en consecuencia tratarlos o maltratarlos. Nos resistimos a entrar en una madurez refractaria al misterio, todavía rechazamos la idea de que lo otro no está vivo. Deslindar las raíces del cómo, el porqué y el hasta dónde de la avidez animista de la sociedad ultramoderna es lo que anima en el fondo este libro.

Ignacio Padilla

Ignacio Padilla nació en Ciudad de México en 1968. Es Licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, maestro en Literatura inglesa en la Universidad de Edimburgo y doctor en Literatura española e hispanoamericana en Salamanca. Trabajó como director editorial de la revista Playboy donde publicaba su columna "El baúl de los cadáveres" en el suplemento Sábado. En 1994 recibió los tres Premios de Literatura Bellas Artes: el de Cuento Infantil Juan de la Cabada, por Las tormentas del mar embotellado; el Juan Rulfo para Primera Novela por La catedral de los ahogados y el de Ensayo Literario Malcolm Lowry por El dorado esquivo: espejismo mexicano de Paul Bowles. Ese mismo año, publicó el relato El año de los gatos amurallados, que le valió el Premio Kalpa de Ciencia Ficción. En 1996, participó en el Manifiesto del crack, que formó junto a sus amigos de preparatoria Jorge Volpi y Eloy Urroz, a quienes se unirían más tarde Pedro Ángel Palou García y Ricardo Chávez Castañeda.