Las colecciones de arte en la Universidad de los Andes

Las colecciones de arte en la Universidad de los Andes

Por Olga Acosta Luna, Silvana Álvarez Basto, Cosima Nastasia, Pablo Navas Sanz de Santamaría, Ana M Franco, Alexander Herrera Wassilowsky, Verónica Uribe Hanabergh, Patricia Zalamea Fajardo

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Sinopsis

Me complace enormemente presentar el libro Las colecciones de arte en la Universidad de los Andes, fruto de la colaboración de estudiantes y profesores del Departamento de Historia del Arte, quienes se dedicaron a estudiar el arte que reposa en nuestra Universidad mediante múltiples iniciativas. En diferentes ocasiones los he visto haciendo visitas guiadas por nuestras oficinas y otros espacios que albergan obras magníficas pero muchas veces desconocidas para profesores, estudiantes y administrativos de la Universidad, como es el caso de las pinturas coloniales en la Sala del Consejo del edificio Pedro Navas. He asistido a las exposiciones de las distintas colecciones que han organizado en el campus: desde la curaduría de pinturas abstractas expuestas en el edificio Pedro Navas y que fueron trasladadas temporalmente a la sala de exposiciones del Departamento de Arte, hasta las piezas arqueológicas que pueden verse en las vitrinas contiguas a los laboratorios de arqueología, en el edificio Roberto Franco. Además del interés que puedan tener las obras, hay que destacar el trabajo creativo e investigativo de estudiantes y profesores que han participado en el proceso, pues al poner en práctica sus conocimientos y habilidades han logrado convertir el campus en un verdadero salón de clases. Como es el caso de algunas colecciones universitarias, muchas de las obras que alberga Los Andes llegaron a nuestra institución de forma orgánica, como lo menciona el libro, pues en la mayoría de los casos han sido generosas donaciones de egresados o personas amigas de la Universidad. Ocurre también a veces que son producto de la experimentación estudiantil, como varias de las esculturas visibles en el campus, o incluso en las paredes, como la pintura mural de Luis Caballero recientemente descubierta y restaurada. También hay obras que se concibieron en otro contexto, como es el caso de los murales de Villa Paulina, incorporados al campus a posteriori, cuando la Universidad adquirió esa propiedad, en 1965. Gracias a la selección de algunas obras representativas que incluye este libro, podemos hacernos una idea general del arte que alberga Los Andes, así como dar a conocer la historia de nuestras colecciones. Esperamos que, ojalá, sea también un estímulo para que otros amigos de la Universidad la consideren una receptora idónea de obras de valor patrimonial y artístico. Las colecciones de arte en la Universidad de los Andes —que no pretende ser un catálogo exhaustivo de las obras de arte en nuestro campus— se enmarca en la celebración de los setenta años de Los Andes. Por medio de estas obras, el libro complementa la historia de nuestra Universidad, de sus estudiantes y profesores, de nuestro campus y de la manera en que se concibió y se valoró el arte a lo largo del tiempo. La reciente adopción del monumento a La Pola — ubicado en el Eje Ambiental, a pocos pasos de la Universidad— en el marco del programa Adopta un Monumento, del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural; la conceptualización y el diseño del nuevo edificio, denominado Centro Cívico Universitario, actualmente en construcción, y el liderazgo de la Universidad en el programa de renovación urbana Progresa Fenicia amplían nuestra mirada e incorporan una noción más extensa del campus y de nuestras responsabilidades con el entorno. Esperamos que este libro, además de ser una invitación especial a conocer y admirar nuestras colecciones, estimule futuras donaciones y fortalezca iniciativas similares para abrir nuestro campus a los visitantes que quieran conocerlo.

Patricia Zalamea Fajardo