Sinopsis
La filosofía ha de aceptar que sus teorías son simples opiniones o
creencias, mejor o peor argumentadas, pero creencias al fin y al
cabo
VICTORIA CAMPS
Recientemente me retiré a mi casa, decidido a no hacer otra cosa, en
la medida de mis fuerzas, que pasar descansado y apartado la poca
vida que me resta. Se me antojaba que no podía hacerle mayor favor
a mi espíritu que dejarlo conversar en completa ociosidad consigo
mismo, y detenerse y fijarse en sí. Esperaba que, a partir de
entonces, podría lograrlo con más facilidad, pues con el tiempo se
habría vuelto más grave y más maduro. Pero veo que, al contrario,
como un caballo desbocado, se lanza con cien veces más fuerza a la
carrera por sí mismo de lo que lo hacía por otros. Y me alumbra
tantas quimeras y monstruos fantásticos, en cabalgados los unos
sobre los otros, sin orden ni propósito, que, para contemplar a mis
anchas su insensatez y extrañeza, empezado a registrarlos,
esperando causarle con el tiempo vergüenza a sí mismo.
MICHEL DE MONTAIGNE